Sobre la magna (I): Esto podía pasar

Justo el día después de la salida extraordinaria de pasos que estaba programada en Huelva para la celebración del Año de la Fe, el diario ABC publicó una desternillante entrevista a la socialité –como dicen los snobs– Pitita Ridruejo (si tienen valor les invitamos a leerla aquí). En dicha entrevista destacaban unas declaraciones que en la redacción de ‘El Palquillo’ no pasaron desapercibidas. “A mucha gente no le conviene que llegue el apocalipsis” decía Pitita Ridruejo según el diario ABC. Lo que no sabía Pitita era que el apocalipsis estaba a punto de estallar días después de que ella concediera su magna entrevista –insistimos, pueden pasar un buen rato leyendo las declaraciones de esta mujer experta en apariciones marianas– y ya se había desatado un día antes de que apareciese la entrevista de la que hablamos. La única diferencia entre lo que ocurrió en Huelva y el apocalipsis bíblico del que habla la señora Ridruejo está en que, de momento, todos los organizadores del “acto de fe” onubense han ido al cielo. Vamos, que no ha dimitido nadie de la organización del evento y casi nadie de los responsables últimos de las hermandades, si es que ha habido alguna dimisión en las hermandades

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Hemos dejado pasar unos días, concretamente una semana que ha venido muy bien para todos y, especialmente, para que se enfriase el ambiente. Con todo algo más tranquilo y las mentes más despejadas, en la redacción de ‘El Palquillo’ suena Paco Toronjo mientras hablamos largo y tendido de lo que ocurrió el pasado 19 de octubre de 2013, fecha histórica para nuestra ciudad.

Avisamos: no vamos coincidir aquí con algunas voces que consideraban que el día 19 era un día para sacar pecho. Sacar pecho se puede hacer todos los días aunque no haya razones para hacerlo, lo importante son las razones para sacar pecho. En realidad, lo único importante son las razones, sacar pecho es una tontería. Tampoco creemos que esto sea cuestión de recoger pronto mientras olvidamos lo pasado. Esto no ha sido casualidad, esto no ha sido un mal día, ha sido algo más que eso.

El pasado 19 de octubre, si era un día para algo, era para hacer las cosas bien, lo que también se debe hacer cada día en el fuero interno de cada uno, pero el pasado 19 de octubre nada iba a ser interno, todo se iba a ver y al final se vieron las vergüenzas. Sospechamos que ni en lo interno ni en lo externo ha habido un interés por entregarse a la mejor y más digna tarea a la que nos podemos entregar: hacer las cosas bien por el mero hecho de hacerlas bien. Al menos el resultado no demuestra una entrega desmesurada, nos encantaría poder decir otra cosa. Sólo con corazón no se hace bien nada, hay que poner cabeza, y mucha, en casi todo para poder tener buenos resultados; como escribió nuestro paisano Juan Carlos Romero: “Trae buenas intenciones, pero pronto se quean en na”. Tirando de tópico nos viene a la memoria esa archiconocida frase deportiva: “se juega como se entrena”. A pesar de ser un tópico, ¡qué razón tiene! Cada uno que se quede con lo que quiera.

Cosas que la fe no mueve
En la ciudad todos tenemos claro que la fe mueve montañas y pasos. Bueno, los pasos los mueve sólo de ida, para que nos vamos a engañar –porque de vuelta los mueven costaleros de verdad, gente con arrestos, ganas, entrega y sacrificio, gente que no resopla cuando llegan esos momentos en los que al capataz, que no al conductor de pasos, se le pone la voz ronca y sabe que ya toca medir las “chicotás” con pie de rey. Sin embargo, las nubes no se mueven con fe, eso parece seguir siendo dominio único y exclusivo de Eolo, aquel que recibió el poder de dominar los vientos de manos de Zeus –ese dios que era rey de dioses y que, aunque hoy se les llame paganos, fueron venerados durante siglos por nuestros antepasados. Como decíamos, a tenor de lo visto, Eolo no deja de tener su parcela en este lugar que está más allá de las “estelas de Heracles” –o las “columnas de Hércules”–, más allá del fin del mundo conocido. Pero no nos perdamos de nuestra senda y vamos a entrar en materia.

La lluvia quitó el maquillaje
Ni la fe ni Eolo –no sabemos si alguien se encomendó a él, hubiera sido paradójico– fueron suficientes para poder alejar lo que ya se venía barruntando desde hacía unos días, aunque algunos lo quisieran negar. El día esperado llegó, la lluvia hizo acto de presencia, los partes decían que sí o que no o todo lo contrario, las hermandades y el consejo esperaron, se siguió esperando… Para cuando acabaron las esperas la información meteorológica ya estaba más clara y no era buena, pero aún así el Consejo y las hermandades decidieron seguir adelante y se mojaron. Todas y cada unas de las hermandades que salieron a la calle se mojaron. ¡TODAS! El agua cayó y quitó esa capa de maquillaje que nos habíamos empeñado en usar para tapar la realidad, una realidad que era mucho más fea de lo que se quiso creer.

Hermandades desorientadas, otras intentando salir a toda costa, alguna en mitad de la calle mientras improvisadamente se reunía su junta de gobierno con el titular como testigo de excepción y dejando claro que no tenían ni idea de que hacer, los delegados del Consejo… El Consejo había anunciado –aunque podríamos decir sin rubor que más bien había alardeado– la cantidad de gente que iba a trabajar en este día “histórico para la ciudad”, gente dedicada a que todo fuera esplendoroso y a que las hermandades tuvieran un transitar lo más plácido posible, pero no acabó de ser así, al menos no del todo. Nos consta que algunas hermandades no llegaron ni a conocer a sus delegados y algunos de ellos estaban, directamente, contribuyendo a eso en lo que tanto habíamos insistido casi todos en la ciudad, las ganancias que el gremio hostelero podría cosechar en un día con tantos foráneos en la ciudad y con tanta gente en la calle.

Planes alternativos
Desde el momento en que las hermandades tenían que empezar su caminar hacia el centro, se sucedieron una serie de planes alternativos –posibilidades, nunca certezas. Se pospusieron salidas, se volvieron a posponer, se retrasó el acto, salieron algunas, se volvieron hacia sus templos y algunas hasta se recogieron en un templo que no era el suyo para volverse el mismo día o el día siguiente. Por cierto, hubo hasta una hermandad que se volvió a su templo mientras el domingo 20 de octubre se estaba realizando el «acto de fe», ya sin pasos –¿quién tuvo la culpa de esto?, ¿realmente había interés en hacer y participar en un acto de fe o era una posibilidad para salir una vez más?, ¿pudo el Consejo hacer algo para evitarlo?, ¿se pudo hacer de mejor manera o esta hermandad tenía que volverse ese día y a esa hora?

Nos encontramos con un rosario de despropósitos que a la postre sería el único rosario que se iba a rezar el 19 de octubre de 2013. Ya nunca sabremos cuáles eran esos planes alternativos que cubrían todo el espectro del abecedario y que con su característico desparpajo y desbordando confianza en sí mismo había anunciado en rueda de prensa el presidente del Consejo. Realmente, lo que anunció fue que existían aunque nos los detalló en ningún caso, pero visto lo visto no parece que existieran.

Continuará el próximo martes 29 de octubre.

Foto: http://www.huelvaya.es

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