El Cierre de Diego Cabrera al programa del pasado 20 de marzo

Sobre el desuso de la responsabilidad

Como ya hemos anunciado nuestras novedades y las han podido conocer de primera mano en este inicio de temporada, la voz que les habla y la firma son diferentes, este primer cierre va a ir al grano, algunos pensarán que en vez de al grano va directo al mentón, pero esa interpretación no es más que falta de objetividad.

Por cierto, si alguien pensó que íbamos a aprovechar esta primera ventana abierta para hacer un merecido ajuste de cuentas se equivocó. Sí, lo de merecido ajuste de cuentas va por ti que te estás dando por aludido: no es usted digno de tal honor, nuestros oyentes no merecen tal afrenta y nosotros… nosotros tenemos propósitos mucho más elevados. Hoy he venido a hablar de cosas importantes.

Hace ya algunos meses recibimos algunas críticas infundadas –otras fundadas que no compartimos, pero respetamos– y cientos de visitas en nuestro blog por algunos artículos que publicamos a colación del acto de fe del pasado mes de octubre, sencillamente apuntábamos una situación que hace tiempo está instalada en nuestra sociedad y, como parte de ella que es, también en “el mundillo cofrade” –en ‘El Palquillo’ somos enemigos del uso de los diminutivos, pero decir “mundo cofrade” es demasiado pretencioso. De lo que hablamos en esos artículos es de lo mismo que vuelvo hablar hoy, de la falta de responsabilidad de personas que se caracterizan por tener un puesto que normalmente se define como “de responsabilidad”.

Algunos, mientras señalábamos se quedaron mirando el dedo en lugar de prestar atención a lo que decíamos, una opción como otra cualquiera, pero poco enriquecedora. Mientras decíamos que el rey estaba desnudo, hubo gente que prefirió que el rey pasara frío y despotricar de aquellos que recomendaban el uso de un abrigo. Perdonen la metáfora climática, pero me ha salido así, no la estaba buscando en absoluto.

Bueno, basta ya de circunloquios, vamos a lo que vamos. Quien ostenta un puesto de responsabilidad no puede patalear porque alguien diga que se ha equivocado cuando se ha equivocado, principalmente porque si se ha equivocado se ha equivocado, ¡y ya está! Es de Perogrullo pero a veces parece que no está tan claro, además, cuando ha habido aciertos también los hemos dicho. Por resumir: en los artículos a los que hago referencia y que pueden leer en los archivos del blog del programa dijimos algo parecido a “caballero, usted ha sacado al Señor a la calle mientras estaba lloviendo, eso no está bien”,  y por eso no se puede patalear. Incluso no se puede patalear porque alguien diga “caballero, usted ha sacado a la calle al Señor mientras llovía y eso no está bien, es más, usted en ocasiones ha recortado camino o corrido de vuelta al templo por el camino más corto cuando amenazaba lluvia”, de la misma forma que yo no me puedo cabrear porque me corrijan la puntuación, una flagrante falta de ortografía, una equivocación, que piensen que los textos de este programa son muy barrocos o que directamente digan “’El Palquillo’, vaya chufla de programa”. Si me he equivocado me he equivocado y si me lo razonan pues más callado debo permanecer. Pero igualmente si hay gente que piensa que este programa es una chufla, ¿qué le voy a hacer yo?, va en el presupuesto de hacer esto que hago como lo otro va incluido en tener un puesto de responsabilidad. Yo lo hago encantado, porque el tiempo que dedico a hacer esto es tiempo que paso entre amigos y ese tiempo no tiene precio, sólo por eso merece la pena, si no fuera así lo dedicaría a otra cosa.

Desde aquí quiero proponer un sano ejercicio que creo que podría ayudar a concienciarnos de lo que implica tener una responsabilidad, además, va a afianzar el conocimiento sobre nuestra bella lengua, algo que nunca viene mal. El ejercicio es sencillo, consiste en conjugar el presente de indicativo del verbo reflexivo exponerse. Ahí vamos: Yo me expongo, tú te expones, él se expone, nosotros nos exponemos, vosotros os exponéis y ellos se exponen. Y ya está. Exposición es lo que implica hacer un programa de radio y estar en una junta de gobierno, unos y otros tenemos capacidad de decisión sobre determinadas cosas y estamos expuestos a que nos digan esto o lo otro o lo de más allá. Siempre se puede dejar de hacer el programa de radio, dimitir de la junta de gobierno o hacer otro programa de radio o formar otra junta de gobierno.

Espero que no nos estemos acostumbrando a los errores, a las meteduras de pata y a las mentiras, pero, sobre todo, espero que no tomemos por costumbre atacar a quien, sin alzar la voz y con cuidado, muestra razonadamente lo que está mal.

 Malos gobernantes son aquellos que sólo quieren a su lado gente que les diga lo bueno, lo guapo y lo perfectos que son.

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